Decía Bourdieu que la violencia simbólica es aquella que se ejerce con la «complicidad» de quién la padece porque está naturalizada. Este tipo de violencia se reproduce a través de mensajes subliminales, símbolos que difunden modelos estereotipados que naturalizan relaciones de dominación y discriminación entre algunos sectores de la sociedad. El lenguaje visual de una campaña publicitaria, el titular de un diario, el slogan de una campaña de concientización, un posteo en redes sociales, un chiste son canales habituales que la vehiculizan.
El activismo permanente de mujeres, como de las diferentes minorías sexuales, raciales y religiosas hace que este tipo de agresión sea hoy más visible y menos tolerada por la sociedad. Ejemplo de esto es lo que sucedió -hace poco tiempo- con la marca Dove de cuidado personal, que publicó en su cuenta de Facebook una serie de imágenes que muchos usuarios de la red social consideraron racistas. En las fotos, que ha sido eliminada de las cuentas de la marca, se ve una mujer negra quitarse una remera marrón y convertirse en otra mujer, blanca, portando una prenda más clara. En una tercera fotografía, esta mujer blanca se convierte a su vez en una joven hispana.
La explicación de la marca fue que las imágenes pretendían mostrar los beneficios de un jabón «para todos los tipos de piel»; sin embargo, despertó un rechazo unánime y se ganó el podio de lo que no se debe hacer. Lo mismo sucede cada vez más a menudo con imágenes o comentarios que se viralizan rápidamente despertando reacciones negativas y críticas varias.
Se podrá pensar que este trabajo fue visto por decenas de personas antes de ser presentado a la opinión pública. Sí, pero nadie con los anteojos de la diversidad
En imágenes: la campaña de Dove 2017 y un antiguo aviso de jabón de fines del siglo XIX