En noviembre del 2017 el New York Time anunció con bombos y platillos el nombramiento de Jessica Bennett, periodista y escritora. Ella es la primera editora de género del matutino más prestigioso de los EEUU, con la responsabilidad de garantizar la perspectiva de género de modo transversal en todas las secciones del diario. Pocos meses después, en mayo de este año, El País de España hizo lo propio al designar a la periodista Pilar Álvarez como corresponsal de género, con el objetivo de planificar y dar cobertura a los temas de igualdad de oportunidades y mujer. En la primera semana de septiembre el Diario Perfil designó a la filósofa feminista Diana Maffía como defensora de género, convirtiéndose en el primer periódico argentino en implementar este recurso de edición.
Editora, corresponsal, defensora distintos nombres para un mismo rol. Pero, ¿por qué necesitamos en los medios de comunicación un contralor transversal para los temas de género? Quizás estas cifras del “Global Media Monitoring Project” puedan acercarnos algunas pistas. Las mujeres protagonizan el 30% de las noticias, son minoría en todas las informaciones excepto en las relacionadas a cuestiones de violencia y crímenes y los porcentajes descienden cuando se trata de contabilizar las columnistas o formadoras de opinión.
En Argentina tenemos un blot (es un programa informático que efectúa automáticamente tareas repetitivas a través de Internet) que todos los días chequea cuántas columnas fueron firmadas por mujeres en los cuatro diarios tradicionales de Argentina: Clarín, La Nación, Página/12 y Perfil, y publica los datos en su cuenta de Twitter @columnistos. De acuerdo a las estadísticas de esta herramienta, en el primer trimestre del año sólo el 15% de las notas de opinión publicadas en los diarios mencionados estaban firmadas por mujeres. Los domingos el porcentaje de mujeres columnistas es bajo en todos los medios. Ese día, tan central para las publicaciones, solo el 6 %de las columnas están firmadas por una mujer. La Nación tiene nada más que un 4 % de esas firmas en su web. Y, curiosamente, Perfíl es el diario con la menor cantidad de columnista mujeres de la muestra.
La subrepresentación femenina en los medios de comunicación puede tener varias explicaciones, la mayoría de ellas están vinculadas a factores culturales, modos estandarizados de producción de noticias que tienen a repetir formulas conocidas, etc. Sin embargo, es difícil negar el efecto a mediano y largo plazo que esta subrepresentación genera. Por ejemplo subraya la idea de que los temas de agenda pública no son de interés de las mujeres, que no sabemos o no nos interesa la política, la economía, la ciencia o el desarrollo productivo. Al mismo tiempo, estamos sobrerepresentadas en temas de la esfera privada, es decir tópicos vinculados a la crianza y educación de los niños, la cocina, la moda y la vida del hogar. Reproduciendo la tradicional clisé de hombre/ámbito público/productor, mujer/ámbito privado/reproductora.
El rol de editora o defensora de género debe garantizar la transversalidad de la perspectiva de género en todas las secciones. No se trata solo de escribir más historias sobre mujeres, sino de incluir más mujeres en las historias.
A partir del próximo domingo, PERFIL sumará a la filósofa y académica Diana Maffía –que hoy es también la titular del Observatorio de Género en la Justicia del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires– como defensora de género. Celebramos la noticia y esperamos que más medios se sumen a la iniciativa en el corto plazo, para que pronto dejemos de necesitarlas.